viernes, 18 de diciembre de 2020

Venezuela, Guyana y la CIJ ¿Ahora qué?



 

Por Josmar Fernández

 Romantizar la controversia entre Venezuela y Guyana es impropio por parte de quienes tenemos y/o hemos adoptado la responsabilidad de estudiar los temas de límites y fronteras, o en su defecto, la reclamación del territorio Esequibo.

 En este punto, los cuestionamientos no tienen ningún valor, más allá del que quedará registrado para la historia en los expedientes dispuestos para el debido seguimiento del caso, donde no solo quedarán en evidencia los hechos, sino las acciones y omisiones de los gobiernos e inclusive algunos personajes y partidos políticos.

 La sentencia dictada causa un inmenso revuelo dentro de nuestras fronteras, al menos entre quienes han seguido de cerca la controversia, pese a que era de esperarse tal respuesta. Lamentablemente no solo nos agarra en una situación política y socioeconómica difícil, sino en medio de una profunda desprofesionalización de las instituciones y un grupo mermado de especialistas y expertos en la materia. Esto nos obliga a ampararnos en las diligencias que puedan adelantar nuestros asesores, entre ellos el reconocido abogado español Remiro Brotons.

 La situación deja un especial sinsabor, conociendo la desaparición física del abogado venezolano Enrique Planchart, indiscutible conocedor del tema, cuya trayectoria se desarrolló prácticamente en la Dirección de Soberanía, Límites y Fronteras, ahora Oficina de Fronteras, de la Cancillería, convirtiéndose -por muchos años- en su asesor jurídico. Con él desapareció una parte importante de la memoria histórica en materia limítrofe y fronteriza.

 Dada las circunstancias actuales, nuestro margen de acción pareciera reducido, sin embargo, es oportuno considerar la necesidad de creación de equipos de trabajo multidisciplinarios con profesionales serios, calificados y de reconocido desempeño en la materia que, promuevan la investigación de aspectos sustantivos sobre la controversia, quienes pudieran clarificar y/o descubrir nuevos elementos que refuercen nuestra Posición Nacional, término que, de acuerdo con Sainz Borgo[1] (2006) "se refiere al ejercicio de la Soberanía de forma consistente, permanente e ininterrumpida en el tiempo, por parte de un Estado, en torno a un tema en particular"

 Para ello, debe entenderse que el trabajo requiere del esfuerzo conjunto, en virtud a la obligación de hacer una compilación de todos aquellos Tratados y Convenios internacionales reconocidos y debidamente ratificados por las partes, la Costumbre Internacional que figura como una práctica generalmente aceptada como derecho, conforme a la aquiescencia de las partes involucradas; las decisiones de los Tribunales Internacionales, las doctrinas desarrolladas por los profesionales más prominentes de las distintas naciones, así como los actos unilaterales de los Estados, entiéndase notas diplomáticas, declaraciones unilaterales, leyes, normas, decretos y/o reglamentos. 

 Esto sugiere una labor titánica, inviable sin el apoyo de las instituciones y poco productiva si se desestiman los profesionales especializados y con experiencia en el área, más aún, ante las diferentes perspectivas sobre cómo llevar un tema de interés nacional, por sobre los intereses político-partidistas e inclusive particulares.

Lo interesante es que desde el lado que lo analicen, siempre que nuestra aspiración sea al menos un buen desempeño del Estado venezolano, es ineludible recurrir a los expertos nacionales e internacionales; no solo por logros académicos o cargos, sino por la probada experiencia y dedicación a la materia. Ello no descarta la participación de otros profesionales, pero en estos temas (así como en otros tantos), la experticia debe prevalecer sobre el amiguismo o compadrazgo, como ocurre en todo país serio cuando se trata de cuestiones de interés nacional.

 Recordemos, toda controversia sometida ante la CIJ, debe ser resuelta conforme al Derecho Internacional según lo estipulado en el artículo 38 del Estatuto de la Corte, numeral 1, sin perder de vista que en el numeral 2 se aclara que ello “no restringe la facultad de la Corte para decidir un litigio ex aequo et bono, si las partes así lo convinieren”, es decir una solución más equitativa “de acuerdo con lo correcto y lo bueno”.

Es necesario tener prudencia y revisar con detenimiento la sentencia, pero no puede seguir la censura con tanto todero involucrado, quienes han evidenciado en algunos espacios falta de experticia y conocimiento en la materia. Precisamos ubicar y contar con el apoyo de profesionales venezolanos con sobrada experiencia en materia de límites, fronteras y Derecho Internacional como los hermanos Figueredo Planchart, Dr. Jean François Pulvenis, Dr. Juan Carlos Sainz Borgo, Dra. Carolina Montiel; y en lo que respecta a la asesoría internacional de primer nivel, deberíamos pensar también en personajes interesantes como Pierre Marie Dupuy y Guomundur Eirícksson, la gran pregunta es: ¿Venezuela tendrá disposición para contratarlos?    


[1] Abogado venezolano, exsecretario ejecutivo de la Comisión Presidencial para la Integración y Asuntos Fronterizos (COPIAF), actualmente decano de la Universidad para la Paz (ONU) en Costa Rica.

sábado, 22 de agosto de 2020

¿VENEZUELA CONTRA GUYANA...O CONTRA SÍ MISMA?


Por Josmar Fernández

@josmarfernandez

“Guayana Esequiba por encima de los partidos”, debe ser la consigna venezolana del momento”, esas fueron las palabras del entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Ignacio Iribarren Borges en 1965. Aunque todavía vigente, 55 años después, cada vez menos venezolanos comparten su profunda preocupación acerca del estatus de la reclamación por el territorio Esequibo, en virtud del nivel de desinformación y la falta de consenso y claridad sobre las acciones emprendidas, así como de los resultados concretos en relación con dicha controversia.

El martes 30 de abril del presente año, se realizó la audiencia oral ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el caso Guyana-Venezuela, frente los ojos incrédulos de muchos venezolanos. Tras las actividades protocolares, el secretario de la CIJ procedió a leer el Memorandum enviado por el Estado venezolano, en donde razonaba su no reconocimiento de jurisdicción de la corte y por tanto su no participación en el procedimiento que se daría curso. Según lo publicado, dicho instrumento constaba de 56 páginas y estaba acompañado por 155 páginas de anexos.

Guyana por su parte, entregó un documento de 156 páginas, donde expone su razonamiento, y  de manos de Shridath Ramphal, ex canciller guyanés de 90 años de edad, segundo secretario general de la Commonwealth en el período 1975-1990 y asesor de Guyana en la controversia, siendo el único testigo vivo presente en la firma del Acuerdo de Ginebra, explica en primera instancia que oposición y gobierno unido, están presentes para defender los intereses del Estado Guyanés, al tiempo que lo acompañaban abogados con sobrada experiencia en la materia, como fueron Payan Abkaban (iraní), Paul Reichler (norteamericano), Phillipe Sans de Matrix Chambers (británico), además del profesor francés Alain Pellet.

Posterior a ello y tras casi cuatro meses de espera por los resultados de las elecciones presidenciales en Guyana, finalmente el 2 de agosto, el GECOM declara a Mohamed Irfaan Ali, representante del Partido Progresista del Pueblo (PPP), presidente de la República Cooperativa de Guyana.

Tras los fuertes rumores de su triunfo, en Venezuela se pretendió generar una matriz de opinión, sobre su posible reacción amistosa de flexibilizar o hasta retirar la demanda interpuesta ante la CIJ por el gobierno de David Granger, representante del partido opositor Una Asociación para la Unidad Nacional (APNU). De hecho, se le hizo llegar al nuevo presidente, al menos dos cartas solicitándole supeditar el caso al Acuerdo de Ginebra, el 3 de agosto por motu propio, el señor Antonio Ledezma y posteriormente, el 8 de agosto, la Comisión Mixta para la Defensa del Esequibo y la Fachada Atlántica de la Asamblea Nacional (AN), esta última sin siquiera haber estado firmada por el señor Juan Guaidó, por lo menos como el presidente de la AN.


Basta ver la reacción magistral del presidente de Guyana, quien declaró el sábado 8 de agosto, en su discurso inaugural, que fue precisamente su partido “el que puso fin al interminable diálogo de los buenos oficios…y que brindó todo su apoyo a la administración anterior”; además de ello, el domingo 9 de agosto, la cancillería guyanesa, bajo responsabilidad del educador  Hugh Todd, informó que mantendría el mismo equipo asesor ante la CIJ, y retendría a Carl Greenidge para el caso Guyana-Venezuela, aun cuando éste fuera señalado como “corrupto” por el nuevo mandatario. Demostrando así que la controversia es un tema de interés de Estado y por ello aseguran su tradicional equipo de asesores guyaneses.

Interesa centrarse en Venezuela. Recientemente han aparecido propuestas para crear instancias de Alto Nivel, para abordar la controversia. La cuestión es que dichas propuestas no son novedosas, las mismas fueron sugeridas por expertos y estudiosos del tema en los años 80, por nombrar algunos el Dr. Isidro Morales Paúl y el Dr. Rafael Sureda Delgado, quienes, junto a otros personajes de interés, dejaron material invaluable, donde inclusive especifican recomendaciones tendientes a lograr mejores condiciones, para tomar decisiones adecuadas y certeras respecto al manejo de la reclamación. Sugerencias desestimadas, debido a las evidentes falencias que tenemos actualmente y que pudieron ser compensadas en su debida oportunidad. 

Precisemos. Para tratar el tema de la reclamación por el Esequibo, si bien reconfiguraron la Dirección de Fronteras durante la presidencia del Dr. Rafael Caldera, se creó específicamente la Unidad Especial de Guyana en el año 1995, la cual estuvo a cargo por 19 años, del vicealmirante Elías Daniels. Paralelo a ello, en el año 2006 se crea la Unidad Especial para el Esequibo, bajo responsabilidad del coronel Pompeyo Torrealba hasta hace poco. Posteriormente, en septiembre del año 2015 se crea la Comisión Presidencial de Estado para la Garantía de la Integridad Territorial y Asuntos Limítrofes”, que aun cuando no reemplaza las Comisiones Presidenciales ya establecidas para ello con Colombia desde 1990, abordan de igual manera los cuatro frentes, incluyendo Guyana. Por su parte en febrero del año 2018 la Asamblea Nacional crea la Comisión Mixta para la Defensa del Esequibo y su Fachada Atlántica.

En materia de consulta propiamente, Venezuela no cuenta con los expresidentes de la República, puesto que todos han fallecido. Entre los excancilleres vivos, dada la polarización imperante, es inviable una reunión entre quienes fueron responsables de la Política Exterior venezolana.

Es obligatorio y lógico, recurrir a los antiguos directores de la Oficina de Fronteras de Cancillería, siendo el más longevo de ellos, el Dr. Román Rojas Cabot, diplomático de sobrada experiencia, quien además fuera embajador en Guyana, Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Fronteras entre 1971-1976, Asesor de la Secretaría Permanente del Consejo de Seguridad y Defensa y Secretario Ejecutivo de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores (CARE).  Injustamente olvidado por todos.

Asimismo, se deben consultar a embajadores y personajes con participación o experiencia directa en la materia, entre ellos el Dr. Emilio Figueredo Planchart, quien fuera Embajador especial ante las Naciones Unidas para la aplicación del Acuerdo de Ginebra, Facilitador de Venezuela, por 12 años, en el proceso de buen oficiante en la negociación con Guyana y ex integrante de la delegación venezolana en la III Conferencia sobre Derecho del Mar. Sadio Garavini, quien se desempeñó como embajador en Guyana en el período 1980-1984, y Darío Morandy, embajador en Guyana en el período 2007-2012.

Aparte de ellos, existe la primera generación de relevo, producto del trabajo continuo y directo con los expertos y especialistas que desempeñaron funciones en materia de fronteras, profesionales quienes en su mayoría se encuentran fuera del país; así como la segunda y última generación de relevo que se debatió entre los intercambios con dichos personajes y el material documental y cartográfico dejado por ellos.

Deben considerarse a los políticos específicos que prudentemente han mantenido un discurso claro y consecuente sobre la reclamación; también quienes se han mostrado interesados en estudiar y profundizar sobre la controversia, pero carecen de experiencia en el manejo directo u oficial de los temas afines. Debe ser entendido que la experiencia y las credenciales que vienen con ella tienen un peso fundamental en el manejo de los asuntos sensibles, sobre todo cuando se habla de la integridad territorial.

Desde una perspectiva crítica, distinto de los guyaneses, el trabajo no se ha hecho y los venezolanos desconocen quiénes conforman sus equipos asesores y la experiencia que tienen en materia de fronteras, especialmente en el caso del Esequibo, ya que de ello y de la experticia que se tenga en el manejo del Derecho Internacional, depende exclusivamente nuestro mejor o peor desempeño para manejar tan sensible particular. Las decisiones son políticas, sí, pero deben estar respaldadas por elementos de orden diplomático, jurídico y necesariamente técnico. 

Cada instancia responde a enfoques desenfadados, para darle un toque personal. Cosa grave, porque el tema de fronteras no necesita esnobismo, sino coherencia y continuidad en el tiempo, para fortalecer la Posición Nacional. 

A diferencia de Brasil, Colombia y Guyana, Estados de reconocido desempeño en el área diplomática; absurdamente hemos desestimado la vasta experiencia que obtienen las personas en el cumplimiento de sus funciones como decisores, analistas o investigadores exclusivos de un área específica. Cosa que no se reemplaza con dos o tres cuartillas escritas.

Los especialistas por no ser debidamente valorados han buscado otros rumbos, o peor aún, los han reemplazado por personas con poca o ninguna experticia en el área, en perjuicio de los intereses de nuestro país, sacrificando años de conocimientos adquiridos y la potencial formación de la -tan necesaria- generación de relevo, vista nuestra condición de vecindad. Como dice un amigo: ¡Qué suerte tiene Guyana!

 “Nuestra responsabilidad como ciudadanos, es enterarnos y que no nos mientan y nos engañen y elegir bien y tomar decisiones correctas”

Cayetana Álvarez, 2019.


Caracas, 22 de agosto de 2020.

 josmarfernandez@gmail.com

miércoles, 19 de agosto de 2020

Rafael Sureda Delgado. In memoriam

 


Por Josmar Fernández

Tras la infausta noticia del fallecimiento del Dr. Rafael Sureda Delgado, corresponde sin duda rendirle tributo, aunque sea en unas pocas líneas. Tengo la satisfacción de haber hablado con él en dos oportunidades durante la cuarentena y haberle manifestado mi admiración por su investigación acusiosa y su pluma inclemente, para poner en contexto situaciones que exigían profunda reflexión así como, identificar las responsabilidades del manejo de la controversia sobre el Esequibo. 

En la última llamada me comentó: "me decían que los trapitos sucios se lavan en casa, sí, pero ¿si no se conocen o consideran, cómo se analiza de verdad?", ello demostraba cuan preclaro y desinhibido fue para decir lo necesario, frente a la creciente imposición de obligarnos a repetir el mismo discurso de los demás, con los ojos, oídos y el entendimiento cerrado. Por lo cual, sus argumentaciones resultaban incómodas para algunos, cuestión que nunca fue obstáculo para defender su posición sobre la materia, en donde estuviera.

El Dr. Sureda, era una persona muy dulce y muy dispuesta a conversar en cualquier momento sobre los problemas territoriales de Venezuela, de hecho, como uno de sus últimos trabajos, realizó un seguimiento minucioso de los eventos ocurridos en los últimos 20 años respecto a la reclamación por el Esequibo, titulado "ESEQUIBO ¿Lo perdimos definitivamente?", frase bastante sugestiva, sin duda.  

Su desempeño se refleja en su trabajo presentado para optar al ascenso a Profesor Asistente "Venezuela y Gran Bretaña. Historia de una Usurpación" finalizado en 1974 y publicado por la UCV en 1980. La ampliación del Capítulo IV de este libro, le permitió posteriormente, presentar su trabajo "Betancourt y Leoni en la Guayana Esequiba", para optar a su acenso como Profesor Agregado, publicado por la UCV en 1984.

De igual manera fue coautor del libro "Venezuela y sus Fronteras en las actuales circunstancias", publicado por la Universidad Popular Alverto Carnevali en 1989. Asimismo, publicó "LA GUAYANA ESEQUIBA, dos etapas en la aplicación del Acuerdo de Ginebra" con apoyo de la Academia Nacional de la Historia, en coedición con la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, en 1990. 

Sus libros son de obligatoria lectura si que quiere entender, reflexionar y cuestionar las acciones adoptadas no solo por los gobiernos, sino por variadas personalidades del ámbito político, derivadas de la formalización de la reclamación venezolana en 1962.

En el ámbito profesional, Rafael Sureda Delgado era internacionalista de la UCV, Doctor en Ciencias Políticas y profesor de Derecho Internacional en la misma casa de estudios. Fue presidente del Colegio de internacionalistas entre 1980 y 1982, integró la Comisión Asesora para la Reclamación del Esequibo (Capre) entre 1982 y 1983, Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV, entre 1990 y 1996, al tiempo que fungió como Asesor del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa entre 1995 y 1996. Además de ello, siempre se mantuvo activo como conferencista sobre los conflictos territoriales venezolanos, en los Centros de Estudio de la Fuerza Armada Nacional, entre 1979 y 2002. Colaborador de la Fundación Empresas Polar, en el Proyecto GeoVenezuela, para el desarrollo del "Capítulo 79, Venezuela y la Guayana Esequiba",  año 2008.

Partió un trabajador incansable, amante de su país y su familia. Sus escritos son el mejor legado para las generaciones críticas, comprometidas con un mejor país.

QEPD profesor. Gracias!    
 

miércoles, 29 de julio de 2020

SOBRE LAS “JORNADAS DE CONFERENCIAS: LÍMITES Y FRONTERAS DE VENEZUELA, ASPECTOS HISTÓRICOS Y PROBLEMÁTICA ACTUAL”

El Universal, Miércoles 04 de febrero de 1998/Nacional y Política/Pág. 1-16
Por Marco Aurelio Fernández Hernández
Gral. Brig. / Docente

Hace más de 30 años, tuve esa llamita que se le mete a uno en la cabeza y no cesa hasta emprender el rumbo que ella marca. Tenía la inquietud por la falta de conocimiento en los asuntos de límites y fronteras de Venezuela. Aunque aparecía en el programa de bachillerato, este no se llevaba a cabo por la suspensión de clases, paros y marchas estudiantiles; al hacer los ajustes para cumplir con el programa de estudio, estos temas eran omitidos.

Durante la incursión de la corbeta colombiana Caldas, del 9 al 18 de agosto de 1987, en aguas del Golfo de Venezuela, por debajo de la línea Castilletes - Punta Salinas; me encontraba en los llanos apureños cumpliendo misiones de caballería (reconocimiento, seguridad y vigilancia). Sobre el problema de límites entre Venezuela y Colombia, sólo sabía que faltaba por delimitar áreas marinas y submarinas al noroeste del Golfo de Venezuela. Basado en mi desconocimiento del tema y en el de algunos compañeros de armas, me avoqué a consolidar mis conocimientos en materia de fronteras, conformando una biblioteca personal relacionado con: Historia de Venezuela, Geografía de Venezuela, Geografía Militar, Fronteras de Venezuela y Geopolítica; además de asistir a las conferencias que se celebraban en Caracas, sobre esas áreas temáticas. 

También, me dispuse a elaborar una hemeroteca de los temas relacionados con las fronteras haciendo énfasis en Colombia, debido a la importancia del momento, ayudado por mi esposa e hija, quienes también leían la prensa, recortaban los artículos y los catalogaban por área temática. Compilación que hice por seis años aproximadamente y que luego doné al Departamento de Historia del Comando de las Escuelas del Ejército, con el fin de dejar un material de consulta para el personal que estuviese interesado en el tema.

Asimismo, realicé algunas coordinaciones a propósito de solicitar que se impartiera la problemática fronteriza que presenta nuestro país, en las escuelas de capacitación militar del Ejército; pero fue infructuoso, debido a que el programa de las asignaturas obedece a un pensum de estudios previamente estructurado y establecido.

       El jefe de la División Académica del Comando de las Escuelas, me solicitó evaluar el programa de Geografía Militar, dándose la oportunidad para incluir el problema fronterizo entre Venezuela con sus países vecinos. Incluí quince (15) horas de los problemas en las fronteras con Guyana, Brasil, Colombia y el Caribe. En la revisión del trabajo presentado, se dispuso que la temática de fronteras se incluyera en el programa de Geopolítica, pero, con una duración de treinta (30) horas académicas, siendo denominado “Geopolítica II”.

          Al iniciarse los Cursos de Especialización Militar, se presentó un inconveniente, no se disponía de suficientes docentes que abarcaran el contenido del programa de los cuatro frentes fronterizos, por lo que fui designado para impartir la materia en los cinco institutos educativos del Ejército, dada mi iniciativa en la implementación de esta asignatura. Inicié las clases, de Lunes a Viernes, desde las 08:00 hasta las 16:00 horas (mañana y tarde). Para la segunda semana de clases, me encontraba agotado, tenía que impartir las clases sentado. Para paliar esta situación, coordiné con varios profesores universitarios y les pedí apoyo con una conferencia en el área de su especialidad. Así logré cumplir con las horas de clases. 

           Ese mismo año, hice el planteamiento al Comando de las Escuelas del Ejército (ente rector de la educación militar del Ejército, en ese entonces), para realizar una jornada de conferencias sobre los límites y fronteras de Venezuela, enmarcado en la carga horaria establecida para la asignatura Geopolítica II (30 horas académicas), para el personal de oficiales - alumnos; invitando a connotados y aquilatados profesores, historiadores y militares, especialistas en el área. El planteamiento fue aprobado y se iniciaron así, las “Jornadas de Conferencias: Límites y Fronteras de Venezuela, Aspectos Históricos y Problemática Actual”. Duraba una semana, de Lunes a Viernes de 08:00 a 17:00 horas y estaba dirigida inicialmente al personal militar que realizaba el Curso de Profesionalización Militar, en el grado de Capitán y abierta a todo el personal militar interesado en la temática fronteriza.

         Las Jornadas de Conferencias Límites y Fronteras, tenían como finalidad:


  • Dar a conocer de manera amplia y analíticamente, la historia y la problemática de límites y fronteras que presenta Venezuela en su entorno territorial y marítimo.
  • Motivar al personal militar del Ejército, a la búsqueda permanente del conocimiento y a profundizar en la historia y geografía patria, para poder comprender e interpretar los hechos y sus consecuencias en la configuración actual del territorio nacional.
  • Contribuir al desarrollo de una visión geopolítica sobre los límites y fronteras de Venezuela, en el personal de oficiales que realizan el Curso de Profesionalización Militar, en las Escuelas de Armas y Técnica del Ejército.
  • Actualizar el nivel de información en el campo de la geopolítica y la estrategia.

Fueron invitados especialistas de alta talla, entre ellos:
  • Dr. Isidro Morales Paúl, Abogado, Negociador de los Tratados de Delimitación Marítima realizados por Venezuela.
  • Dr. Kaldone Kneihed, Embajador, Profesor de la Universidad Simón Bolívar, Especialista en Derecho del Mar, Autor de libros y Jefe de la Comisión Presidencial de Integración y Asuntos Fronterizos (COPIAF).
  • Dr. Rafael Sureda Delgado, Internacionalista, Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Autor de libros.
  • Dr. Pablo Ojer, Historiados, profesor universitario, especialista en Colombia y en fronteras, autor de libros.
  • Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas, Ministro de Relaciones Exteriores.
  • Dr. Juan Carlos Sainz Borgo, Secretario Ejecutivo de la Comisión Presidencial COPIAF. Autor de libros.
  • Dr. Argenis Ferrer, Internacionalista, profesor universitario, Docente de la Escuela Superior de Guerra Aérea.
  • Profesor Javier Nieves Croes, Abogado, Asesor Jurídico del Estado Mayor General de la Armada, especialista en Derecho Marítimo y posteriormente Comisionado Presidencial para la Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas con Colombia y otros temas (CONEG).
  • Profesora Giovanna de Michelle, Internacionalista, docente de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Especialista en Brasil.
  • Dr. Jean Francois Pulvenis, Abogado, Director de Fronteras Marítimas de la Dirección General de Soberanía, Límites y Asuntos Fronterizos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
  • Equipo multidisciplinario de la Dirección General de Soberanía, Límites y Asuntos Fronterizos (DGSLAF, hoy, Oficina de Fronteras), conformado por: ingenieros geodestas, internacionalistas, politólogos, abogados, geógrafos y militares.
  • Almirante Carlos Giacopini Martínez, Graduado en la Academia Naval de Livorno, Italia. Secretario del Consejo de Defensa de la Nación (CODENA), posteriormente Comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral Marítima - Insular.
  • General de División José María Troconis Peraza, Jefe de la División de Planes Estratégicos, Comandante del Teatro de Operaciones Noroccidental (TONO), creado para las operaciones militares de guerra durante la crisis de la Incursión de la corbeta colombiana Caldas; Comandante General del Ejército.
  • Vice Almirante Elías Daniels Hernández, Jefe de la Unidad Especial Guyana del Ministerio de Relaciones Exteriores.
  • Contra Almirante Hebert José Velasco Collazo, Director General de Soberanía, Límites y Asuntos Fronterizos (DGSLAF). Oficial de Inteligencia durante la incursión de la corbeta colombiana Caldas.
  • General de Brigada (GN) Alfonso Núñez Vidal, Director General de Soberanía, Límites y Asuntos Fronterizos (DGSLAF).
  • Capitán de Navío Blanco Carrero, Doctor en Filosofía de la UCV. Profesor de estrategia y geopolítica en la Escuela de Post grado de la Armada y Escuela Superior de Guerra Naval. Autor de libros. 
  • Coronel (GN) Fernando Hernández Hernández, especialista en fronteras.



 Mis disculpas para aquellas personas que no fueron mencionadas y que participaron en las jornadas de conferencias, pero hay detalles que escapan a mi memoria y no cuento con material documental pertinente, por encontrarme en el extranjero.

Tríptico de la VII Jornada de Conferencias Límites y Fronteras de Venezuela,
Aspectos Históricos y problemática Actual.

Tríptico de la VII Jornada de Conferencias Límites y Fronteras de Venezuela,
Aspectos Históricos y problemática Actual.

En el mes de julio de 1995, se da inicio a la I Jornada de Conferencias “Límites y Fronteras de Venezuela”, reuniendo a los oficiales del Curso Nº 29 de la Escuela de Infantería y el Avanzado para oficiales de la Escuela Técnica.

            La II y III Jornada de Conferencias, se realizaron en el mes de noviembre de 1995 y en el segundo semestre de 1996, con los Cursos Avanzados Nº 30 y el Nº 31 respectivamente, de la Escuela de Infantería. En estas dos últimas Jornadas, no se contó con la asistencia de las otras Escuelas de Armas y Servicios, debido a que no contemplaban la realización de los Cursos Avanzados para ese año.

La IV y V Jornada de Conferencias, se realizaron en el mes de febrero de 1997 y 1998, respectivamente.

La VI Jornada se realizó en el mes de marzo de 1999. Las Jornadas de Conferencias, durante los años 2000 y 2001, fueron interrumpidas por fuerza mayor.

La VII Jornada de Conferencias Límites y Fronteras de Venezuela, Aspectos Históricos y Problemática Actual, se ejecutó el 21 de octubre de 2002; siendo ésta, la última Jornada celebrada, a la cual asistieron 150 Oficiales - Alumnos de las Escuelas: Artillería, Caballería y Blindados, Ingeniería Militar, Infantería y Técnica.

El Universal, miércoles 5 de febrero de 1997/Nacional y Política/Pág.1-14
       
       De esta reminiscencia, de lo que fueron las Jornadas de Conferencias Límites y Fronteras de Venezuela al momento actual, pareciera que persiste un profundo desconocimiento sobre nuestra historia y nuestra realidad limítrofe y fronteriza, causal para condenarnos a seguir repitiendo los mismos errores que en materia territorial hemos cometido.  

Los organismos responsables del ámbito educativo nacional, deberían revisar el pensum de estudios y realizar las modificaciones que fueran necesarias, para que esta temática sea un contenido de estudio permanente en los diferentes niveles educativos, para que el venezolano logre tener un conocimiento integral de la Patria; crear un programa de difusión a través de los medios de comunicación social, sobre Venezuela y sus fronteras, para desarrollar y reforzar una visión compartida y actualizada de la conformación geohistórica y la situación limítrofe y fronteriza del país.

Las instituciones públicas tienen la responsabilidad de mantener informado, mediante la divulgación de acciones pertinentes que faciliten a los venezolanos, el entendimiento claro del problema y el desempeño del Estado venezolano para abordarlo.   

La debida formación u orientación de una generación de relevo seria, responsable, comprometida y altamente competente, sin duda es pivote para redimensionar nuestra visión geopolítica, fortalecer nuestra posición nacional y modificar nuestra estrategia frente a los vecinos, con el fin de preservar nuestra integridad territorial y salvaguardar nuestros intereses vitales. 

Ese debe ser nuestro norte, indefectiblemente. Bien lo dijo Mariano Picón Salas: “…sólo la educación, una inmensa, repartida e inagotable educación, podría vencer los horribles desniveles de pensamiento y conducta, que agrietan nuestra existencia colectiva”.

29/07/2020. 5:40pm

viernes, 17 de julio de 2020

La Integridad Territorial


Por Marco Aurelio Fernández Hernández
Gral. Brig (r) / Docente

“Lo que hoy llamamos el “territorio venezolano” no fue un todo integrado sino para finales del siglo XVIII y esa integración tuvo que asimilarse y cristalizarse durante el período republicano” así expusieron los profesores Hermann González Oropeza y Manuel Donís Ríos en su libro “Historia de las Fronteras de Venezuela” de Cuadernos Lagoven del año 1989.

La historia y la geografía no solo nos permite aproximarnos al proceso de configuración territorial, sino también a nuestra conformación como República. Es por ello que, por la vía de una serie de materiales video gráficos, se intenta recordar o dar a conocer cómo fue el proceso geohistórico de integración del territorio nacional y cómo se pasó de los territorios de las provincias genésicas (como las llaman los historiadores Herman González Oropeza y Manuel Donis Ríos:1989), al territorio de la Venezuela actual.

El siguiente, es el primero de tres videos que se compartirán consecuentemente, y que están relacionados con la geografía de Venezuela. Están soportados en el trabajo de connotados profesores y fotógrafos, se han ambientado con extractos de canciones y música de compositores venezolanos; queriendo también, ensalzar la música criolla venezolana y con ello, enviar mensajes que invitan a llamar la atención por el amor a la Patria, Venezuela.



Este segundo video, busca visualizar los elementos constitutivos del espacio natural y del espacio geográfico; abordar la temática de la caracterización del territorio nacional, la situación geográfica y la división político-administrativa de Venezuela.




Venezuela Territorial, busca mostrar una aproximación a las regiones naturales del país. Dar a conocer de manera resumida las Provincias Fisiográficas de Venezuela (mostrando gráficas y fotografías).



Estos videos tienen fines netamente educativos e informativos, pudieran ser de utilidad para los venezolanos, los estudiantes de secundaria que cursen la asignatura Geografía de Venezuela y, para cualquier persona que desee incursionar en estas áreas del conocimiento.  

Para revisar otros materiales referidos a esta materia, revisar el canal https://www.youtube.com/channel/UCaW-0jy3WUzr0hPNgcxg9Pw

miércoles, 8 de julio de 2020

Dr. Edgar Yépez Gil. Experto en Demarcación. In Memoriam

Las labores de demarcación son poco conocidas, pero revisten gran importancia, debido a la inconmensurable responsabilidad de marcar en el terreno, la delimitación que por negociaciones directas o sentencia se establecen entre dos o más Estados.

El Dr. Yépez fue uno de los contados venezolanos que dedicaron su vida o gran parte de ella a esta difícil, pero maravillosa labor. Sus casi 100 años de vida no fueron obstáculo para asesorar la Dirección -antiguamente División- de Demarcación de la Oficina de Fronteras de una Cancillería que le quedó debiendo por sus servicios.

Escribir sobre él merece especial dedicación, es por ello que a continuación publico (previo permiso del autor) una semblanza muy sentida de otro experto y hoy máximo representante de las labores de Demarcación en Venezuela, jubilado, pero al igual que el Dr. Yépez, siempre dispuesto a orientar y asesorar innegablemente, instituciones y personas que en la materia así lo requieran, debido a su vasta experiencia; el Ingeniero Carlos Hernández, quien además expone nuestra realidad.

Por Carlos Hernández
Ingeniero / Ex Director de Demarcación

Anoche 7 de julio de 2020, a las 7:oo pm, falleció en la ciudad de Caracas, el Doctor Ing. Edgar Yépez Gil, en su apartamento de los Palos Grandes, de donde nunca quiso irse, ni siquiera a su natal Barquisimeto o a su adorada Mérida. Entrañable amigo, él fue la personificación de lo paterno, del guía, del orientador de vida. Dios lo tenga en su gloria y que demarque en el Paraíso, aunque no sea necesario. Dios entenderá.
 Creo que el apellido del Dr. Yépez es “Yépez Gil”, así combinado, cada vez que se presentaba lo hacía con la expresión “Yépez Gil”, así pegado, de hecho, su segundo apellido es Joubert: para nosotros, quienes lo conocimos y respetamos era simplemente el “Dr. Yepez”.

Natural de Barquisimeto, Edo Lara, y si mal no recuerdo tenia recién cumplidos 96 años, lo deduzco porque cuando hablábamos comparaba con mi mama que tiene 90 actualmente y él le lleva 6 años. El Dr. Yépez lamentablemente por esta situación de pandemia, no podrá ser acompañado a su última morada por quienes desearían hacerlo. Ojalá sus hijos y la familia estén con él. No lo veo desde hace 6 años cuando cumplió 90.  Ya no lo llamaba por telf. porque casi no escuchaba con claridad, y a su casa no podía ir, por los costos de movilización.

Agradezco infinitamente a la señora Omaira Rodríguez, secretaria de Demarcación en mis últimos años de servicio, quien veló por infinidad de favores al Dr. Yépez; la bolsa, su sueldo, la caja de ahorros, llevarle comida y dulces preparados, lo hizo desinteresadamente hasta q partió al exterior en búsqueda de mejores ingresos.
Nada de lo que yo puede reseñar del Dr. Yépez, cubrirá por completo su alta calidad humana, sus enseñanzas, su gran experiencia, sus comentarios y un sin fin de anécdotas y vivencias; nunca se guardó nada al respecto, así fue de claro y dadivoso.
Graduado de Ingeniero Civil en la Universidad de Mérida, era conocedor del diseño y construcción de vías de comunicación, fue viceministro de Obras Publicas en el Gobierno de Raúl Leoni, años 1965-66.

Llegó al MRE en el año 1976. Estando algunos años en la entonces extinta “División” de Demarcación. Sé que trabajó como ingeniero en la demarcación de la Sierra de Los Montes de Oca durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez, por los años 1978-79, pero al tomar posesión Luis Herrera Campins, dieron un alto a esos trabajos porque convencieron al presidente de la inconveniencia de dichas labores. 

Total, ahí están los cientos y tantos hitos en los Montes de Oca, esperando por su partida de nacimiento. En la Cancillería, no encontré registro oficial de esos trabajos, lo que utilice para algún análisis o preparación de trabajos de campo de esa zona me lo proporciono el Dr. Yépez de su biblioteca personal; siempre comentaba que la sola construcción de los monumentos era un hecho que afirmaba la voluntad manifiesta del Estado por reconocer el criterio de límites allí aplicado, así no tuvieran acta de inauguración.

Pero, los aportes más significativos del Dr. Yépez, en su acucioso trabajo de investigación técnica, fue el análisis e investigación de nuestros límites demarcados, fue el primero que alerto sobre las desviaciones de las rectas geodésicas de la Guajira (sus informes técnicos de la Guajira son consulta obligada), Zulia-San Miguel (donde se corrigieron algunos hitos que estaban desviados, siendo un importante antecedente), Catatumbo-Tres Bocas y otras, siempre en perjuicio de Venezuela. En cuanto a la recta Catatumbo-Tres Bocas, fue su valioso aporte que nos llevó a dilucidar el problema del Caño Tapara y de la recta en general, además de hacer notar que a nuestra “biblia”, el libro sobre DOCUMENTOS RELATIVOS A LA FRONTERA ENTRE VENEZUELA Y COLOMBIA, le falta un documento súper importante que es la respuesta colombiana a las Notas diplomáticas del año 1932.

Planteó la teoría de las micro delimitaciones pendientes, cosa que debe tomarse en cuenta pues casi todas las rectas geodésicas llegan a extremos conformados por ríos y sus vaguadas.

Contribuyó decisivamente a la investigación unilateral, in situ, junto al Emb. Jean François Pulvenis, el Ministro Consejero Rene Gay Pola y la Dra. Angelina Citty Pitol, de los “asuntos pendientes” en materia de demarcación con Colombia, recorriendo cada lugar que así lo ameritara. Esa es la fórmula mágica, prepararse previamente antes de cualquier negociación.

A mí, particularmente, me condicionó como trabajo de investigación en varias oportunidades: Carlos…. Busca los planos de los Expertos Suizos que están en la mapoteca; investiga sobre el trabajo de Justo Zaragoza para el dictamen de la primera sección del Laudo Español; incluye en la programación anual un plan de trabajo de campo para investigar la recta Catatumbo-Tres Bocas; planifica como reconocer la desviación de algún hito en Perijá; estudia porque la expresión  Mogotes se refiere a Islotes; estúdiate el caso de la recta Tabatinga-Apaporis entre Colombia y Brasil, que allí hay un antecedente de corrección de hitos que favorecieron a Colombia, sólo con la denodada intención de que fuesen antecedentes importantes en futuras negociaciones, ……. Y tantas otras instrucciones producto de su asesoría. Ahí quedaron sus informes personales y los que ayudo a elaborar.

Pero su aporte más valioso, no es técnico, porque más que un orientador técnico, fue un orientador de vida. Un gran ser humano, doy gracias a Dios haber pasado por sus manos. Cada enseñanza, cada opinión, cada recomendación, eran aplicable a todo.

Mi escritorio fue testigo de grandes charlas sobre límites y demarcación, temas extraños que debemos tocar con más frecuencia los venezolanos, sobre todo los que se dediquen a ellos. Sus disertaciones con otros personeros de alta experiencia, como el Padre Hermman, el Emb. Palacios, el Emb. Jesús María Ponce, el Dr. Barandarian, y otros, vivencia pura. Así mismo, igual podía entablar conversación con cualquier funcionario, sin importar su rango o competencia, porque fue un dador de bien.

Su contratación remunerada como asesor tuvo la justicia de la Coneg en la persona del Lic. Freddy Lezama, por lo cual le estoy agradecido, porque el Dr. Yépez asesoró a la Dirección General Sectorial de Fronteras de la cancillería de motu propio durante varios años, sin que se le pagara un centavo, y eso es querer aportar y querer un país.   

Fue alta e invalorable su contribución a la preparación de personal de relevo para suplir al personal técnico, que se iba jubilado o dejaba de prestar funciones, sobre todo al establecer un programa de asesorías personal, que iba dirigido al entrenamiento en temas relacionados a límites y fronteras terrestres, con énfasis en la demarcación y materialización de la línea de límites.

Uno de los pocos reconocimientos que recibió, con orgullo, fue el botón al mérito de la Oficina de Fronteras, instaurado por el entonces Director Marco A. Fernández Hernández, mientras pudo lo llevo en la solapa de su infaltable flux.
Paz a sus restos.

SJM, 8 de julio de 2020

viernes, 26 de junio de 2020

Esequibo: La manzana de la discordia.


Por Josmar Fernández
@josmarfernandez

Como sabemos, Venezuela no es una isla, ni desde el punto de vista geográfico ni jurídico, si nos remitimos al artículo 121 de la CONVEMAR, de la cual, por cierto, no somos firmantes. Responde a una realidad amazónica, andina, caribeña y atlántica. Sus relaciones de vecindad, en el espacio continental se desarrollan con Brasil, Guyana y Colombia, estos dos últimos con quienes también se vincula en el ámbito marítimo además de República Dominicana, Países Bajos, Estados Unidos a través de Puerto Rico, Grenada, St. Kitts y Nevis, Reino Unido (Monserrat), Dominica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tobago. 

Con Guyana sostiene una controversia debido a la reclamación por el territorio Esequibo, despojado por el Laudo Arbitral de París de 1899; y de cuya solución depende, potencialmente, delimitar también con Barbados y Surinam. Evidentemente, como Venezuela no es una formación insular, todas las acciones u omisiones cometidas con Guyana, tendrán repercusiones sobre otras controversias pendientes con sus demás vecinos. 
Aunque nuestra diferencia territorial es originalmente con el Reino Unido, Guyana con su independencia, la heredó en términos de “cualquiera controversia pendiente” y desde entonces las relaciones bilaterales han sido incómodas, debido a su interés de elevar el caso ante la CIJ, a fin de decidir sobre la nulidad o no del Laudo de 1899, declarado unilateralmente por Venezuela nulo e írrito y quien, además, ha insistido torpemente en sostener un mecanismo como los Buenos Oficios, agotado desde hace mucho no solo por la falta de resultados concretos, sino por la presión ejercida por Guyana, con el aumento acelerado del desarrollo de actividades de exploración y explotación de recursos naturales dentro del Esequibo.
En Venezuela, ahora todos están concentrados en identificar responsables, cuando debemos asumir, tal como lo afirmaba el Almirante Elías Daniels, todos los gobiernos han cometido fallas respecto a este tema, ciertamente, unos están más comprometidos que otros, pero por ser una materia de interés nacional, las responsabilidades finalmente son compartidas.
Desde el año 2018 se tenía conocimiento de la remisión de la controversia a la CIJ, debido a una demanda interpuesta por Guyana, apoyada por una decisión del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres; y en la misma fecha mediante comunicado de la Cancillería venezolana, se conoció la decisión de Venezuela de no presentarse ante la corte. Es ahora, en junio 2020 cuando esa decisión se discute.
La pandemia actual es una situación coyuntural, razón por la cual el 17 de marzo del presente año la CIJ emitió una notificación donde informaba el aplazamiento del caso Guyana Vs Venezuela hasta nuevo aviso, sin embargo, el 29 de mayo publica un comunicado en donde participa que el día 30 de junio a las 2:00pm se abrirán las audiencias públicas, referidas a la jurisdicción de la corte en el caso del Laudo Arbitral de 1899 (Guyana Vs Venezuela), cuestión sorpresiva para quienes estaban convencidos de no llegar a este punto. 
Desde entonces, han comenzado a aparecer públicamente (porque desde principios del año 2019 se advirtió a algunos personajes), ideas disidentes sobre el hecho de no presentarse ante la corte, o bien, grupos cuestionando que este sea el único caso sometido a videoconferencia, asunto que, según éstos, develaría posibles conspiraciones en contra de Venezuela para despojarla definitivamente del territorio Esequibo.
Ante la pretendida matriz de opinión, no podemos desconocer el error injustificable cometido por la CIJ al participar que daría curso al caso, antes de notificar la enmienda de los artículos 59 y 94 de su Estatuto, donde se estipula "la corte puede decidir, por salud, seguridad u otras razones de peso, celebrar una audiencia total o parcialmente por video link" así como "la lectura de la sentencia del tribunal…” respectivamente. Por otro lado, tampoco podemos desconocer que también existe la posibilidad de solicitar prórroga, tal y como lo hicieron Guatemala, quien pidió 12 meses de extensión, y Gambia, quien pidió 3 meses de prórroga; mientras que Venezuela no la solicitó.
La jurisdicción de la CIJ es facultativa, no obligatoria y sobre ello se apoya Venezuela para no participar en el proceso adelantado por este máximo tribunal internacional. Para algunos, Venezuela debió haber pedido prórroga, otros defienden que no debería remitir ningún tipo de misiva susceptible de interpretarse como reconocimiento de este órgano, razón para entender la falta de interés en buscar otras alternativas que, al menos hubiesen permitido ganar más tiempo para pensar en una mejor estrategia y tratar de unificar apoyo por parte de expertos, especialistas, academias, fuerzas políticas, grupos activistas y ciudadanos en general.
Se han introducido más de 150 casos ante la CIJ, en donde participan cada vez más los países latinoamericanos, como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Belice, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua.  Esto no sugiere la obligatoriedad de reconocerle jurisdicción, coincidimos que es una decisión soberana, faltaría conocer la interpretación de la corte sobre el artículo IV del Acuerdo de Ginebra; pero sí debe llamar poderosamente la atención, para ubicarnos dentro de un escenario cuya tendencia para resolver las controversias es su aceptación.
La decisión de la CIJ es impredecible, aunque vale recordar el artículo 53 de su Estatuto donde se permite a una de las partes solicitar a la corte que decida a su favor, así la otra parte se abstenga de defender su caso. De cualquier forma, Venezuela no ha sido el único país en no comparecer ante ella, tenemos ejemplo de Francia, Islandia, Argentina, Estados Unidos y Turquía por nombrar algunos. Ahora, los casos siempre han seguido su curso y finalmente la CIJ ha emitido sentencia, la cual tiene carácter inapelable y de obligatorio cumplimiento, según lo estipulado en el artículo 60 del Estatuto.
Algo llamativo, algunas de estas sentencias no han sido acatadas en un principio. Argentina recurrió a la mediación del Vaticano para solventar su controversia con Chile, Islandia y Reino Unido, así como Guinea Bissau y Senegal solucionaron mediante acuerdo bilateral, también se encuentran casos como Nigeria quien, tras años de desacatar la decisión, terminó entregando la península de Bakassi a Camerún o Colombia que luego de su actitud frente al fallo con Nicaragua, está inmersa en un nuevo proceso judicial.
 Salvando las diferencias entre los elementos y factores vinculados a los casos expuestos, si bien no parecieran conocerse sanciones sobre los Estados que desacaten la decisión de la CIJ, de alguna manera, se ve afectada su reputación como Estado respetuoso del Derecho Internacional.  
Asunto parecido al nuestro es el de Honduras-Nicaragua en 1960, en el cual Honduras tenía la posesión del territorio y Nicaragua cuestionó el Laudo Arbitral emitido por el rey de España en 1906. La corte dictaminó la validez del Laudo y exhortó su obligatorio cumplimiento por parte de Nicaragua. Ciertamente, se debe revisar el fondo del asunto para establecer semejanzas y diferencias con nuestra reclamación.
Por lo pronto, en Venezuela hay una obligación moral de responderle al venezolano dos incógnitas sobre esta controversia ¿dónde estamos? y ¿hacia dónde vamos o qué podemos esperar? Oficialismo y oposición coinciden en el no reconocimiento de la jurisdicción de la CIJ, ahora, ¿coinciden también en no presentarse ante ella, este 30 de junio?
La AN ha emprendido acciones tardías, cuando finalmente emite un Acuerdo de ratificación de rechazo de someter a la corte la reclamación del Esequibo con fecha 18 de junio del presente año, donde manifiesta -a 12 días de la audiencia- no haberse agotado los medios de solución pacífica de controversias no-jurisdiccionales, además de asegurar que se ha decidido “de manera negligente…no participar en el proceso seguido ante la Corte Internacional de Justicia”, posteriormente, se publica una carta de la "Oficina del Procurador Especial" en la cual solo se hace alusión a la falta de jurisdicción de la corte, no se plantean propuestas o acciones, conociendo su posible impacto para Venezuela.
Recordemos, el Estado venezolano será tratado por la CIJ como una de las partes involucradas, y todavía no se percibe consenso nacional sobre las medidas adoptadas ante este máximo tribunal internacional. Las responsabilidades son compartidas y si eventualmente la corte acepta tener jurisdicción para conocer el caso, le dará curso y emitirá sentencia ¿ya se pensó en las futuras acciones?
La culpa de la falta de consenso nacional no fue de Guyana, ni las transnacionales, ha sido nuestra ineptitud y desinterés por prepararnos mejor y dedicarnos al tema con rigurosidad. No es posible designar personas, algunas sin mayor conocimiento de la materia y señalarlos mañana de nuestras frustraciones.
Evidentemente, el Esequibo es nuestra manzana de la discordia.
 Caracas, 26 de junio de 2020

Venezuela ante la CIJ. Viene el lobo feroz.

  Por Josmar Fernández           La Corte Internacional de Justicia, el pasado 6 de abril se pronunció referente a la excepción preliminar i...