jueves, 13 de abril de 2023

Venezuela ante la CIJ. Viene el lobo feroz.

 


Por Josmar Fernández


          La Corte Internacional de Justicia, el pasado 6 de abril se pronunció referente a la excepción preliminar interpuesta por Venezuela, respecto a la admisibilidad de la demanda presentada por Guyana en marzo del año 2018, donde solicita que se declare la validez del Laudo Arbitral de París (3 de octubre de 1899). Por unanimidad, la objeción preliminar fue rechazada, por catorce votos contra uno.

Para algunos estudiosos del asunto, el recurso utilizado por Venezuela sirvió para ganar tiempo. Si bien Venezuela ha recurrido a un grupo de asesores internacionales, pareciera que, tras dos reveses, considerando también la sentencia sobre jurisdicción, emitida el 20 de diciembre de 2020, donde la Corte afirmó su competencia para conocer del caso; corresponde someter a cuestionamiento el desatinado desempeño, sobre todo, si, durante el proceso y desde otros espacios, reconocidos abogados y diplomáticos venezolanos advirtieron reiteradamente y con legítima preocupación, el desacierto que se cometería al llevar a cabo ciertas acciones.

Durante los dos procesos celebrados hasta ahora, ante la CIJ, en todo momento se conoció quiénes serían los asesores y representantes legales, por parte de la comitiva guyanesa, inclusive los dieron a conocer en comunicados de prensa. Por su parte, en Venezuela, a excepción del agente y coagentes, se conoció quiénes eran los asesores y representantes prácticamente el día en que se celebraron las audiencias orales; observándose, por cierto, la ausencia de abogados expertos en derecho internacional público, siendo que, este asunto compete a esta rama del derecho.

Se entiende la necesaria prudencia conque debe llevarse este tema, sobre todo siendo una cuestión que despierta los más profundos sentimientos nacionalistas y eso podría afectar la estrategia nacional, sin embargo, ha sido objeto de especial preocupación, entre los estudiosos ocupados prácticamente a dedicación exclusiva, no haber sido llamados para contribuir con sus conocimientos y experticia, a la conformación de equipos de consulta, para fortalecer la argumentación venezolana; y es que, debe entenderse la obligatoriedad de contar con expertos y/o especialistas que, se hayan dedicado, acuciosamente, a estudiar estos asuntos, eso no lo dan ocho años de lectura, ni unos minutos de WhatsApp; al contrario, eso demuestra desacierto y propicia la derrota.

En este punto, el presidente de Venezuela tiene una responsabilidad histórica, quizás de las más determinantes, sobre cómo va a pasar a la historia, respecto a tan delicado particular que, ha perturbado por más de una centuria al pueblo venezolano.

Tras el pronunciamiento de la Academia de Historia, el Colegio de Geógrafos, la organización activista Mi Mapa y algunos políticos. Conociendo así mismo, la providencia de la CIJ, dada a conocer hoy 13 de abril, sobre la fecha límite que tiene Venezuela para entregar su contra memoria (8 de abril de 2024); sería interesante conocer las voces de todas las fuerzas vivas, para coadyuvar a consolidar, con genuina madurez y responsabilidad ciudadana, el consenso nacional que necesitará el máximo mandatario, para tomar la decisión más sensata y trascendental para el país.

Resulta irrelevante insistir en señalamientos sobre el grado de responsabilidad que han tenido algunos personajes de la historia, para haber llegado a este punto, por impericia o soberbia. Es claro que, a lo largo de los años se ha incurrido en errores u omisiones que nos han llevado a estar en la situación actual. Corresponde hacer a un lado el fanatismo y comprender que nos jugamos la única oportunidad concreta, para demostrar, tal y como se ha sostenido a lo largo de la historia, que el Laudo Arbitral de 1899 es nulo e írrito.

Debemos seguir participando en el juicio.

 

A lo lejos se acerca el lobo feroz…ojalá no sea nuestra imagen reflejada en un espejo.

4 comentarios:

  1. Excelente reflexión. Agradecido, Josmar, como venezolano, de esta oportuna intervención.

    ResponderEliminar
  2. El Dr. Héctor Faúndez Ledesma (uno de los expertos de mayor prestigio y reconocimiento en la materia en Venezuela), sugirió que la defensa de Venezuela ante la Corte debía estar a cargo de abogados extranjeros pertenecientes al Derecho anglosajón. En esto no debemos estar con falsos nacionalismos o sentimentalismos patrióticos. Se trata de conformar el mejor equipo profesional con independencia de nacionalidades.

    ResponderEliminar
  3. Eso no es exactamente lo que le he escuchado. Si bien destaca la necesaria presencia de juristas extranjeros, también exhorta a la consideración de juristas venezolanos reconocidos en el ámbito del derecho internacional público, quienes, además, deben apoyarse en el trabajo de otros profesionales con amplio conocimiento en el manejo del tema. Sin duda, hay que hacer a un lado el fanatismo.

    ResponderEliminar

Venezuela ante la CIJ. Viene el lobo feroz.

  Por Josmar Fernández           La Corte Internacional de Justicia, el pasado 6 de abril se pronunció referente a la excepción preliminar i...