Las labores de demarcación son poco conocidas, pero revisten gran importancia, debido a la inconmensurable responsabilidad de marcar en el terreno, la delimitación que por negociaciones directas o sentencia se establecen entre dos o más Estados.
El Dr. Yépez fue uno de los contados venezolanos que dedicaron su vida o gran parte de ella a esta difícil, pero maravillosa labor. Sus casi 100 años de vida no fueron obstáculo para asesorar la Dirección -antiguamente División- de Demarcación de la Oficina de Fronteras de una Cancillería que le quedó debiendo por sus servicios.
Escribir sobre él merece especial dedicación, es por ello que a continuación publico (previo permiso del autor) una semblanza muy sentida de otro experto y hoy máximo representante de las labores de Demarcación en Venezuela, jubilado, pero al igual que el Dr. Yépez, siempre dispuesto a orientar y asesorar innegablemente, instituciones y personas que en la materia así lo requieran, debido a su vasta experiencia; el Ingeniero Carlos Hernández, quien además expone nuestra realidad.
Por Carlos Hernández
Ingeniero / Ex Director de Demarcación
Anoche 7 de julio
de 2020, a las 7:oo pm, falleció en la ciudad de Caracas, el Doctor Ing. Edgar
Yépez Gil, en su apartamento de los Palos Grandes, de donde nunca quiso irse,
ni siquiera a su natal Barquisimeto o a su adorada Mérida. Entrañable amigo, él
fue la personificación de lo paterno, del guía, del orientador de vida. Dios lo
tenga en su gloria y que demarque en el Paraíso, aunque no sea necesario. Dios
entenderá.
Creo que el apellido del Dr. Yépez es “Yépez Gil”,
así combinado, cada vez que se presentaba lo hacía con la expresión “Yépez
Gil”, así pegado, de hecho, su segundo apellido es Joubert: para nosotros,
quienes lo conocimos y respetamos era simplemente el “Dr. Yepez”.
Natural de
Barquisimeto, Edo Lara, y si mal no recuerdo tenia recién cumplidos 96 años, lo
deduzco porque cuando hablábamos comparaba con mi mama que tiene 90 actualmente
y él le lleva 6 años. El Dr. Yépez lamentablemente por esta situación de pandemia,
no podrá ser acompañado a su última morada por quienes desearían hacerlo. Ojalá
sus hijos y la familia estén con él. No lo veo desde hace 6 años cuando cumplió
90. Ya no lo llamaba por telf. porque
casi no escuchaba con claridad, y a su casa no podía ir, por los costos de
movilización.
Agradezco
infinitamente a la señora Omaira Rodríguez, secretaria de Demarcación en mis
últimos años de servicio, quien veló por infinidad de favores al Dr. Yépez; la
bolsa, su sueldo, la caja de ahorros, llevarle comida y dulces preparados, lo
hizo desinteresadamente hasta q partió al exterior en búsqueda de mejores
ingresos.
Nada de lo
que yo puede reseñar del Dr. Yépez, cubrirá por completo su alta calidad
humana, sus enseñanzas, su gran experiencia, sus comentarios y un sin fin de
anécdotas y vivencias; nunca se guardó nada al respecto, así fue de claro y
dadivoso.
Graduado de
Ingeniero Civil en la Universidad de Mérida, era conocedor del diseño y
construcción de vías de comunicación, fue viceministro de Obras Publicas en el
Gobierno de Raúl Leoni, años 1965-66.
Llegó al MRE
en el año 1976. Estando algunos años en la entonces extinta “División” de Demarcación.
Sé que trabajó como ingeniero en la demarcación de la Sierra de Los Montes de
Oca durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez, por los años
1978-79, pero al tomar posesión Luis Herrera Campins, dieron un alto a esos
trabajos porque convencieron al presidente de la inconveniencia de dichas
labores.
Total, ahí están los cientos y tantos hitos en los Montes de Oca,
esperando por su partida de nacimiento. En la Cancillería, no encontré registro
oficial de esos trabajos, lo que utilice para algún análisis o preparación de
trabajos de campo de esa zona me lo proporciono el Dr. Yépez de su biblioteca
personal; siempre comentaba que la sola construcción de los monumentos era un
hecho que afirmaba la voluntad manifiesta del Estado por reconocer el criterio
de límites allí aplicado, así no tuvieran acta de inauguración.
Pero, los
aportes más significativos del Dr. Yépez, en su acucioso trabajo de investigación
técnica, fue el análisis e investigación de nuestros límites demarcados, fue el
primero que alerto sobre las desviaciones de las rectas geodésicas de la
Guajira (sus informes técnicos de la Guajira son consulta obligada), Zulia-San
Miguel (donde se corrigieron algunos hitos que estaban desviados, siendo un
importante antecedente), Catatumbo-Tres Bocas y otras, siempre en perjuicio de
Venezuela. En cuanto a la recta Catatumbo-Tres Bocas, fue su valioso aporte que
nos llevó a dilucidar el problema del Caño Tapara y de la recta en general,
además de hacer notar que a nuestra “biblia”, el libro sobre DOCUMENTOS
RELATIVOS A LA FRONTERA ENTRE VENEZUELA Y COLOMBIA, le falta un documento súper
importante que es la respuesta colombiana a las Notas diplomáticas del año
1932.
Planteó la
teoría de las micro delimitaciones pendientes, cosa que debe tomarse en cuenta
pues casi todas las rectas geodésicas llegan a extremos conformados por ríos y
sus vaguadas.
Contribuyó
decisivamente a la investigación unilateral, in situ, junto al Emb. Jean
François Pulvenis, el Ministro Consejero Rene Gay Pola y la Dra. Angelina Citty
Pitol, de los “asuntos pendientes” en materia de demarcación con Colombia,
recorriendo cada lugar que así lo ameritara. Esa es la fórmula mágica, prepararse
previamente antes de cualquier negociación.
A mí,
particularmente, me condicionó como trabajo de investigación en varias
oportunidades: Carlos…. Busca los planos de los Expertos Suizos que están en la
mapoteca; investiga sobre el trabajo de Justo Zaragoza para el dictamen de la
primera sección del Laudo Español; incluye en la programación anual un plan de
trabajo de campo para investigar la recta Catatumbo-Tres Bocas; planifica como
reconocer la desviación de algún hito en Perijá; estudia porque la
expresión Mogotes se refiere a Islotes; estúdiate
el caso de la recta Tabatinga-Apaporis entre Colombia y Brasil, que allí hay un
antecedente de corrección de hitos que favorecieron a Colombia, sólo con la
denodada intención de que fuesen antecedentes importantes en futuras
negociaciones, ……. Y tantas otras instrucciones producto de su asesoría. Ahí
quedaron sus informes personales y los que ayudo a elaborar.
Pero su
aporte más valioso, no es técnico, porque más que un orientador técnico, fue un
orientador de vida. Un gran ser humano, doy gracias a Dios haber pasado por sus
manos. Cada enseñanza, cada opinión, cada recomendación, eran aplicable a todo.
Mi escritorio
fue testigo de grandes charlas sobre límites y demarcación, temas extraños que
debemos tocar con más frecuencia los venezolanos, sobre todo los que se
dediquen a ellos. Sus disertaciones con otros personeros de alta experiencia,
como el Padre Hermman, el Emb. Palacios, el Emb. Jesús María Ponce, el Dr.
Barandarian, y otros, vivencia pura. Así mismo, igual podía entablar
conversación con cualquier funcionario, sin importar su rango o competencia,
porque fue un dador de bien.
Su contratación
remunerada como asesor tuvo la justicia de la Coneg en la persona del Lic.
Freddy Lezama, por lo cual le estoy agradecido, porque el Dr. Yépez asesoró a
la Dirección General Sectorial de Fronteras de la cancillería de motu propio
durante varios años, sin que se le pagara un centavo, y eso es querer aportar y
querer un país.
Fue alta e
invalorable su contribución a la preparación de personal de relevo para suplir
al personal técnico, que se iba jubilado o dejaba de prestar funciones, sobre
todo al establecer un programa de asesorías personal, que iba dirigido al
entrenamiento en temas relacionados a límites y fronteras terrestres, con
énfasis en la demarcación y materialización de la línea de límites.
Uno de los
pocos reconocimientos que recibió, con orgullo, fue el botón al mérito de la
Oficina de Fronteras, instaurado por el entonces Director Marco A. Fernández
Hernández, mientras pudo lo llevo en la solapa de su infaltable flux.
Paz a sus
restos.
SJM, 8 de
julio de 2020
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