sábado, 22 de agosto de 2020

¿VENEZUELA CONTRA GUYANA...O CONTRA SÍ MISMA?


Por Josmar Fernández

@josmarfernandez

“Guayana Esequiba por encima de los partidos”, debe ser la consigna venezolana del momento”, esas fueron las palabras del entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Ignacio Iribarren Borges en 1965. Aunque todavía vigente, 55 años después, cada vez menos venezolanos comparten su profunda preocupación acerca del estatus de la reclamación por el territorio Esequibo, en virtud del nivel de desinformación y la falta de consenso y claridad sobre las acciones emprendidas, así como de los resultados concretos en relación con dicha controversia.

El martes 30 de abril del presente año, se realizó la audiencia oral ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el caso Guyana-Venezuela, frente los ojos incrédulos de muchos venezolanos. Tras las actividades protocolares, el secretario de la CIJ procedió a leer el Memorandum enviado por el Estado venezolano, en donde razonaba su no reconocimiento de jurisdicción de la corte y por tanto su no participación en el procedimiento que se daría curso. Según lo publicado, dicho instrumento constaba de 56 páginas y estaba acompañado por 155 páginas de anexos.

Guyana por su parte, entregó un documento de 156 páginas, donde expone su razonamiento, y  de manos de Shridath Ramphal, ex canciller guyanés de 90 años de edad, segundo secretario general de la Commonwealth en el período 1975-1990 y asesor de Guyana en la controversia, siendo el único testigo vivo presente en la firma del Acuerdo de Ginebra, explica en primera instancia que oposición y gobierno unido, están presentes para defender los intereses del Estado Guyanés, al tiempo que lo acompañaban abogados con sobrada experiencia en la materia, como fueron Payan Abkaban (iraní), Paul Reichler (norteamericano), Phillipe Sans de Matrix Chambers (británico), además del profesor francés Alain Pellet.

Posterior a ello y tras casi cuatro meses de espera por los resultados de las elecciones presidenciales en Guyana, finalmente el 2 de agosto, el GECOM declara a Mohamed Irfaan Ali, representante del Partido Progresista del Pueblo (PPP), presidente de la República Cooperativa de Guyana.

Tras los fuertes rumores de su triunfo, en Venezuela se pretendió generar una matriz de opinión, sobre su posible reacción amistosa de flexibilizar o hasta retirar la demanda interpuesta ante la CIJ por el gobierno de David Granger, representante del partido opositor Una Asociación para la Unidad Nacional (APNU). De hecho, se le hizo llegar al nuevo presidente, al menos dos cartas solicitándole supeditar el caso al Acuerdo de Ginebra, el 3 de agosto por motu propio, el señor Antonio Ledezma y posteriormente, el 8 de agosto, la Comisión Mixta para la Defensa del Esequibo y la Fachada Atlántica de la Asamblea Nacional (AN), esta última sin siquiera haber estado firmada por el señor Juan Guaidó, por lo menos como el presidente de la AN.


Basta ver la reacción magistral del presidente de Guyana, quien declaró el sábado 8 de agosto, en su discurso inaugural, que fue precisamente su partido “el que puso fin al interminable diálogo de los buenos oficios…y que brindó todo su apoyo a la administración anterior”; además de ello, el domingo 9 de agosto, la cancillería guyanesa, bajo responsabilidad del educador  Hugh Todd, informó que mantendría el mismo equipo asesor ante la CIJ, y retendría a Carl Greenidge para el caso Guyana-Venezuela, aun cuando éste fuera señalado como “corrupto” por el nuevo mandatario. Demostrando así que la controversia es un tema de interés de Estado y por ello aseguran su tradicional equipo de asesores guyaneses.

Interesa centrarse en Venezuela. Recientemente han aparecido propuestas para crear instancias de Alto Nivel, para abordar la controversia. La cuestión es que dichas propuestas no son novedosas, las mismas fueron sugeridas por expertos y estudiosos del tema en los años 80, por nombrar algunos el Dr. Isidro Morales Paúl y el Dr. Rafael Sureda Delgado, quienes, junto a otros personajes de interés, dejaron material invaluable, donde inclusive especifican recomendaciones tendientes a lograr mejores condiciones, para tomar decisiones adecuadas y certeras respecto al manejo de la reclamación. Sugerencias desestimadas, debido a las evidentes falencias que tenemos actualmente y que pudieron ser compensadas en su debida oportunidad. 

Precisemos. Para tratar el tema de la reclamación por el Esequibo, si bien reconfiguraron la Dirección de Fronteras durante la presidencia del Dr. Rafael Caldera, se creó específicamente la Unidad Especial de Guyana en el año 1995, la cual estuvo a cargo por 19 años, del vicealmirante Elías Daniels. Paralelo a ello, en el año 2006 se crea la Unidad Especial para el Esequibo, bajo responsabilidad del coronel Pompeyo Torrealba hasta hace poco. Posteriormente, en septiembre del año 2015 se crea la Comisión Presidencial de Estado para la Garantía de la Integridad Territorial y Asuntos Limítrofes”, que aun cuando no reemplaza las Comisiones Presidenciales ya establecidas para ello con Colombia desde 1990, abordan de igual manera los cuatro frentes, incluyendo Guyana. Por su parte en febrero del año 2018 la Asamblea Nacional crea la Comisión Mixta para la Defensa del Esequibo y su Fachada Atlántica.

En materia de consulta propiamente, Venezuela no cuenta con los expresidentes de la República, puesto que todos han fallecido. Entre los excancilleres vivos, dada la polarización imperante, es inviable una reunión entre quienes fueron responsables de la Política Exterior venezolana.

Es obligatorio y lógico, recurrir a los antiguos directores de la Oficina de Fronteras de Cancillería, siendo el más longevo de ellos, el Dr. Román Rojas Cabot, diplomático de sobrada experiencia, quien además fuera embajador en Guyana, Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Fronteras entre 1971-1976, Asesor de la Secretaría Permanente del Consejo de Seguridad y Defensa y Secretario Ejecutivo de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores (CARE).  Injustamente olvidado por todos.

Asimismo, se deben consultar a embajadores y personajes con participación o experiencia directa en la materia, entre ellos el Dr. Emilio Figueredo Planchart, quien fuera Embajador especial ante las Naciones Unidas para la aplicación del Acuerdo de Ginebra, Facilitador de Venezuela, por 12 años, en el proceso de buen oficiante en la negociación con Guyana y ex integrante de la delegación venezolana en la III Conferencia sobre Derecho del Mar. Sadio Garavini, quien se desempeñó como embajador en Guyana en el período 1980-1984, y Darío Morandy, embajador en Guyana en el período 2007-2012.

Aparte de ellos, existe la primera generación de relevo, producto del trabajo continuo y directo con los expertos y especialistas que desempeñaron funciones en materia de fronteras, profesionales quienes en su mayoría se encuentran fuera del país; así como la segunda y última generación de relevo que se debatió entre los intercambios con dichos personajes y el material documental y cartográfico dejado por ellos.

Deben considerarse a los políticos específicos que prudentemente han mantenido un discurso claro y consecuente sobre la reclamación; también quienes se han mostrado interesados en estudiar y profundizar sobre la controversia, pero carecen de experiencia en el manejo directo u oficial de los temas afines. Debe ser entendido que la experiencia y las credenciales que vienen con ella tienen un peso fundamental en el manejo de los asuntos sensibles, sobre todo cuando se habla de la integridad territorial.

Desde una perspectiva crítica, distinto de los guyaneses, el trabajo no se ha hecho y los venezolanos desconocen quiénes conforman sus equipos asesores y la experiencia que tienen en materia de fronteras, especialmente en el caso del Esequibo, ya que de ello y de la experticia que se tenga en el manejo del Derecho Internacional, depende exclusivamente nuestro mejor o peor desempeño para manejar tan sensible particular. Las decisiones son políticas, sí, pero deben estar respaldadas por elementos de orden diplomático, jurídico y necesariamente técnico. 

Cada instancia responde a enfoques desenfadados, para darle un toque personal. Cosa grave, porque el tema de fronteras no necesita esnobismo, sino coherencia y continuidad en el tiempo, para fortalecer la Posición Nacional. 

A diferencia de Brasil, Colombia y Guyana, Estados de reconocido desempeño en el área diplomática; absurdamente hemos desestimado la vasta experiencia que obtienen las personas en el cumplimiento de sus funciones como decisores, analistas o investigadores exclusivos de un área específica. Cosa que no se reemplaza con dos o tres cuartillas escritas.

Los especialistas por no ser debidamente valorados han buscado otros rumbos, o peor aún, los han reemplazado por personas con poca o ninguna experticia en el área, en perjuicio de los intereses de nuestro país, sacrificando años de conocimientos adquiridos y la potencial formación de la -tan necesaria- generación de relevo, vista nuestra condición de vecindad. Como dice un amigo: ¡Qué suerte tiene Guyana!

 “Nuestra responsabilidad como ciudadanos, es enterarnos y que no nos mientan y nos engañen y elegir bien y tomar decisiones correctas”

Cayetana Álvarez, 2019.


Caracas, 22 de agosto de 2020.

 josmarfernandez@gmail.com

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