lunes, 25 de mayo de 2020

REFLEXIONES FRONTERIZAS EN TIEMPO DE PANDEMIA. Los expertos. Parte II Hermann González Oropeza, Pablo Ojer y Jean François Pulvenis


Por Josmar Fernández
@josmarfernandez

Experto, según el diccionario del español jurídico de la RAE, es una “persona…que posee conocimientos técnicos especializados y cuya intervención se requiere en ciertas operaciones…para que asesore y emita el correspondiente informe”, sin embargo, a veces ese título ha sido utilizado muy ligeramente para atraer la atención del público o, entre ciertos grupos, como una forma para tratar de legitimarse.
A mi juicio, son contados los expertos en materia de límites, fronteras y temas afines a la soberanía. Algunos de ellos, inclusive, han pasado desapercibidos por la Cancillería y otras instituciones, poco o nunca publicaron artículos o libros, sino que su trabajo y experiencia reposa en los archivos y/o en organismos internacionales de renombre, sin mucho alarde.
Dando continuidad al artículo anterior, es preciso nombrar a los padres jesuitas Hermann González Oropeza y Pablo Ojer, cofundadores del Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB en 1956, quienes participaron directamente en estos asuntos de límite y fronteras y contribuyeron a la organización y publicación de material documental invaluable, producto de sus acuciosas investigaciones.
Hermann González Oropeza caroreño del estado Lara y docente ucabista a carta cabal, durante siete años fue un acucioso investigador de los archivos ingleses, dedicado a escudriñar todo lo referido al caso de la Guayana Esequiba. Fue asesor de la Cancillería durante veintitrés años (1963-1986), así como del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa; formó parte de la Comisión Especial Presidencial para la Reclamación del Esequibo y escribió más de quince obras, algunas de ellas junto a Pablo Ojer y Manuel Donís Ríos en calidad de coautores.
El profesor Pablo Ojer Celigueta, oriundo de Navarra-España, nacionalizado venezolano e indiscutible defensor acérrimo de nuestras fronteras; fue director del Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB durante doce años (1956-1968), asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores en lo atinente a la controversia por el Esequibo, durante siete años (1963-1970), tiempo en el cual representó a Venezuela en Londres, durante las conversaciones adelantadas a nivel de expertos con Inglaterra y, fue miembro de la Comisión Mixta de Límites (*), convenida en el Acuerdo de Ginebra de 1966. Del mismo modo, asesoró a la Cancillería venezolana en materia de límites con Colombia, durante ocho años (1970-1978) y fundó el Instituto de Estudios Fronterizos.
Por otro lado, sobrado mérito tiene el Dr. Jean François Pulvenis, uno de los venezolanos que acompañaron al Dr. Isidro Morales Paúl en la conformación de los acuerdos marítimos en el Caribe, primer director de fronteras marítimas, trinchera desde donde impulsó trabajos de delimitación y acuerdos pesqueros con islas del Caribe, además un gran especialista del golfo de Venezuela con conocimiento de alta factura en materia de demarcación y fronteras fluviales. En el año 2001, fue nombrado Comisionado Presidencial para la Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas con la República de Colombia y otros temas, donde permaneció hasta el año 2002; al tiempo que fue designado embajador de Venezuela en Guyana.
El Dr. Pulvenis es consulta obligada cuando de delimitación marítima se trata; a ello le sumamos que ha sido director de la Dirección de Políticas y Planificación Pesquera de la FAO y asesor de la Comisión Interamericana del Atún Tropical, responsabilidades todas que lo califican ampliamente como un experto en la materia.
Probablemente, estos nombres sean conocidos para algunos, pero es importante rescatar su trabajo, pertinencia y los logros alcanzados en el ámbito práctico, para que el día de mañana, podamos tener elementos de juicio que nos permitan discernir entre un verdadero experto, un estudioso y un aficionado; porque en la gestión de los temas sensibles, como en la mayoría de los aspectos de la vida profesional, el reconocimiento de los méritos juega un papel fundamental para promover cambios en positivo, si no, ese capital intelectual se pierde, porque le dan valor en otros espacios.
A la vista está que, no todo el mundo llega a calzar la talla de estos zapatos.

Caracas, 15 de mayo de 2020.
(*) Donde dice Comisión Mixta de Límites, solo debe decir Comisión Mixta.


miércoles, 20 de mayo de 2020

REFLEXIONES FRONTERIZAS EN TIEMPO DE PANDEMIA. Los expertos. Parte I Isidro Morales Paúl.

Por Josmar Fernández
@josmarfernandez 

Reconocer, de acuerdo con la RAE es “admitir o aceptar que alguien o algo tiene determinada cualidad o condición y en cualquier área de la vida podemos ser objeto de reconocimiento o no de nuestras habilidades. En todo caso, pareciera oportuno y gratificante siempre, dar mérito a las personas por su labor, dedicación y trabajo incansable en el desempeño exitoso de sus funciones, bien sea en el campo familiar o profesional.
Cuando se habla de fronteras, es obligatorio conocer al menos, aquellos personajes que se han dedicado al estudio y seguimiento de estos temas, para preservar y defender la integridad territorial, así como dar a conocer la realidad de aquellos espacios geográficos cuya dinámica solo puede ser entendida In situ. No detrás de un escritorio.
Especial reconocimiento debe tener el abogado caraqueño Isidro Morales Paúl, de corazón llanero y fiel creyente de la solución de las controversias por la vía pacífica, a quien Venezuela le debe cuatro de las cinco negociaciones exitosas en materia de delimitación marítima con Estados Unidos, Países Bajos, República Dominicana y Trinidad y Tobago, siendo esta en 1991, la última delimitación marítima celebrada hasta ahora. Lo interesante en este punto, es que fue negociador en periodos constitucionales distintos, prevaleciendo el sentido claro de continuidad para ese momento, en pro del interés nacional. 
En su condición de alto comisionado junto a otro importante venezolano, el jurista Rafael Pizani, contribuyó a la “desgolfización” de las relaciones entre Venezuela y Colombia, mediante la elaboración de un inventario de diez asuntos pendientes entre ambos países, que se materializó con la firma del Acta de San Pedro Alejandrino en 1990 y que, para disgusto de algunos, es el marco regulatorio vigente para dar tratamiento y solución en materia de: delimitación de áreas marinas y submarinas, correcta demarcación, cuencas hidrográficas transfronterizas, ríos internacionales/navegación fluvial y migraciones, así como de otros asuntos fronterizos y de integración.
El Dr. Morales Paúl, fue Canciller entre 1984 y 1985, además, fundador y primer presidente del Centro de Estudios Estratégicos y Relaciones Internacionales. Seguir hablando de él sería referirnos a su amplio currículum y a su vasta experiencia como defensor de los intereses vitales del país, ya que los resultados de sus acciones saltan a la vista.
Con este incuestionable experto en la materia se marca un punto de inflexión, el Estado venezolano está obligado a establecer prioridades, procurar los profesionales que necesita y respetar su experiencia. Venezuela todavía no supera la incómoda representación de los norteamericanos en 1899, pero 121 años después y de cara a la CIJ por la controversia sobre el Esequibo, nos representa un español que, aunque de reconocida trayectoria, seguramente a futuro será señalado y duramente cuestionado por no llegar a una solución satisfactoria, para los venezolanos.
No podemos seguir esperando la aparición de un nuevo Mesías, es obligatorio formarse y corregir las limitaciones que se tengan, los venezolanos precisamos asumir la responsabilidad de llevar a feliz término las discusiones presentadas en este particular, tal y como lo hizo este ilustre connacional.
Específicamente las décadas de los 60 y 80 fueron de gran efervescencia en materia de límites y fronteras, caracterizadas por discursos que exacerbaban el sentimiento de amor a la Patria, como una forma de crear cohesión en torno a las acciones adelantadas por los gobiernos de turno. Estas circunstancias estimularon el interés en algunos venezolanos que, en su camino por conocer y analizar estos temas neurálgicos han hecho aportes en mayor o menor medida, y de los cuales se hará mención en próximas entregas.

Caracas, 30 de abril de 2020.
 josmarfernandez@gmail.com

domingo, 17 de mayo de 2020

EL NOMBRE DE VENEZUELA

Por Marco Aurelio Fernández Hernández
Gral Brig. (Ej) / Docente


El nombre de Venezuela, es un video del otrora programa "Valores Humanos" del Doctor Arturo Uslar Pietri, el cual he querido traer nuevamente al conocimiento de todos los venezolanos. Es un programa que he arreglado con imágenes a fin de hacerlo más ameno y que permita visualizar las informaciones con gráficas que permitan relacionar la asociación de los nombres con las cosas (ideas). El Doctor Arturo Uslar Pietri nos narra el origen del nombre de Venezuela, de manera clara, sencilla y amena.
Para esto, se tomaron imágenes del video elaborado por Carlos Lyonel Bolívar C. y de Imáges de Google, a las que se le colocó la dirección de la imágen.



El video se tuvo que dividir en dos partes, debido a que la duración del mismo, rebasa el tiempo que permite youtube.




"El nombre de Venezuela", 2da. parte, completa el programa "Valores Humanos" del Dr. Arturo Uslar Pietri.



La edición y subida de este video el día de hoy, tiene mucha coincidencia con la fecha conmemorativa del nacimiento del Dr. Arturo Uslar Pietri; pues, vaya el reconocimiento para ese gran hombre de letras y a su invalorable legado que dejó al país.






Buenos Aires, mayo 2020

viernes, 15 de mayo de 2020

Reflexiones Fronterizas en tiempo de pandemia. Caso Esequibo.

Por Josmar Fernández
@josmarfernandez

En los últimos tiempos, el tema del Esequibo adquirió mayor presencia en el discurso histórico y político de la oposición y el gobierno, además de convertirse en el derrotero de grupos activistas dedicados al asunto.
Alrededor de esta controversia encontramos desde posturas sosegadas hasta el discurso incendiario y vehemente. Sin embargo, lo más preocupante es el desconocimiento y la continua contradicción como factores determinantes de la indiferencia con la cual los venezolanos manejamos tan delicado particular.
Pese a tantos esfuerzos hechos, en la dirección correcta o no, Venezuela ha sido escasamente eficiente al informar con claridad y realismo al ciudadano de a pie. Puede ser una de las razones primordiales del impedimento para esperar adhesiones ciegas a la reclamación territorial del espacio geográfico que, guste o no, nos despojaron hace 121 años dejándolo bajo la administración del otro actor en el conflicto limítrofe.
Conviene dejar de suponer que nuestro encuadre hay que fundamentarlo en el “discurso bonito”; cuando la propensión aconsejable es ubicar a los venezolanos en la realidad imperante a partir de los efectos prácticos del Laudo Arbitral de 1899, que nos despojó del territorio Esequibo, y cuya reclamación fue presentada formalmente ante la ONU en 1962. Hasta el presente, el resultado de nuestras gestiones no trasciende de conversaciones como las que condujeron en 1966 a la firma del Acuerdo de Ginebra, considerado por algunos la hoja de ruta para lograr la solución “práctica y satisfactoria para ambas partes”.
La cuestión es que no se le dice al venezolano que, por las razones que sean, tras 54 años del Acuerdo de Ginebra, ha sido imposible concretar la solución conteste a sus parámetros, ya que está supeditado al interés nacional de dos Estados, cuyo propósito, de acuerdo con las respectivas constituciones, es garantizar la “integridad territorial”.
Hay que afrontar nuestra realidad ante los futuros acontecimientos respecto a la reclamación, teniendo en cuenta que ahora estamos ante una Guyana evidentemente fortalecida gracias a los grandes y prometedores yacimientos de petróleo presentes en la proyección marítima del Esequibo –área pendiente por delimitar-, apoyada de manera irrestricta, además, por los países del Caricom, las transnacionales favorecidas por la adjudicación de yacimientos y los Estados que éstas representan. 
Bien lo decía en el 2016 el Almirante Elías Daniels, malamente juzgado por una circunstancia que poco tenía que ver con su desempeño, por casi veinte años, dentro del Escritorio Especial de Guyana: “El Gobierno Nacional, valiéndose de la Educación, controló el desarrollo y la conciencia de los venezolanos hacia una interpretación de la Reclamación Territorial…”, frase tremendamente reveladora, en plena vigencia y aplicable en cualquier período gubernamental de Venezuela, luego del nulo e írrito Laudo Arbitral.  
Necesario es ubicarnos en contexto. Invitar al pensamiento crítico, al fortalecimiento de la historia y la geografía como ejes transversales en la educación venezolana. Serían maneras de facilitarle al venezolano el entendimiento de su realidad geohistórica partiendo de la premisa que no se puede querer lo desconocido, como tampoco pretender defender bien aquello que no se conoce. Después de todo, el sentido de pertenencia se construye. No se obliga.
Caracas, 25 de abril de 2020.

josmarfernandez@gmail.com


Venezuela ante la CIJ. Viene el lobo feroz.

  Por Josmar Fernández           La Corte Internacional de Justicia, el pasado 6 de abril se pronunció referente a la excepción preliminar i...