lunes, 29 de marzo de 2021

El viacrucis del Dr. Charles Brewer Carías


Por Josmar Fernández

@Josmarfernandez 

“La República Cooperativa de Guyana, violando el congelamiento que le impone el Protocolo de Puerto España, ha desarrollado intensamente el Territorio Venezolano en reclamación”, así dejaba por sentado en su informe, hace 40 años, el Dr. Charles Brewer Carías, ministro de la Juventud, responsable de haber llevado a cabo durante la Semana Santa de 1981, la única salida de campo (conocida) de rigor que se ha realizado en del territorio Esequibo y sus adyacencias, junto a 50 jóvenes en misión de campamento juvenil, a propósito de consolidar los principios de identidad nacional.

Según palabras del entonces ministro, esa idea fue conversada con las FFAA y éstos le prestaron apoyo logístico de pernocta en el Fuerte Tarabay y traslado hasta el último tramo de la carretera, donde iniciarían, sin ningún tipo de acompañamiento militar, su largo recorrido hacia un sector de la parte norte del territorio en reclamación, según la programación desarrollada por 14 colaboradores, encabezados por el Dr. Brewer Carías.

La expedición fue grabada, el trabajo de gabinete incluyó registro fotográfico y escrito de las características más resaltantes de los pueblos visitados, así como el sistema de comunicación disponible. Además, refirió pruebas de presencia de patrullas militares guyanesas en una mina de manganeso abandonada, en el estado Bolívar.

El programa de campamentos con fines de reconocimiento era una estrategia cristalizada dentro del marco del VI Plan de la Nación que según el expedicionario “creemos que se puede reforzar la identidad nacional y poblar el territorio venezolano” (El Mundo, 27 de abril de 1981), participar en él, según Reinaldo Alvarado, viceministro de la juventud para la época, exigía solo dos requisitos: haber cumplido 16 años y ser declarado física y mentalmente apto (El Diario de Caracas, 25 de abril de 1981).

El ministro de la Juventud fue duramente fustigado por considerarlo imprudente, sobre todo los representantes de Acción Democrática, el expresidente Carlos Andrés Pérez y David Morales Bello, este último quien refiriera “Solo un gobierno poco serio puede permitir que un ministro de la Juventud invada Guyana”, a la sazón de lo descrito por el gobierno guyanés, calificándolo de “provocación sin precedente…provocación grosera”.

 El Nacional. 27 de abril de 1981.

Tal proeza no fue un paseo ni requirió la presencia de los políticos como acto simbólico, se hizo sin mayor alarde, y sus resultados fueron altamente interesantes, no solo por la información recopilada referida a pueblos, vías principales, medios de transporte y comunicación e infraestructura, incluyendo pistas de aterrizaje que, pudo servir de insumo para diseñar estrategias políticas, socioeconómicas y militares a futuro, sino por las reacciones desencadenadas a nivel nacional que terminaron en la destitución del ministro entre contradicciones que se diluyeron en el silencio.  

El Dr. Brewer y su equipo desnudaron una parte de un territorio poco conocido por los venezolanos, pero cada día más desarrollado por los guyaneses, y potencialmente por Brasil, interesado en desarrollar conjuntamente un plan de carreteras que alcanzaba aproximadamente 800 millas, para entonces. Evidenció también que durante el “congelamiento” promovido por el Protocolo de Puerto España (1970-1982) Guyana fue consolidándose progresivamente en la zona en reclamación, a la par que, fortalecía el entrenamiento de su personal militar en teatro de operaciones de selva (Diario Guyana Graphic, 19 de octubre de 1969), entrenamiento que por cierto había realizado en Brasil el entonces capitán David Granger, presidente de Guaya en el período 2015-2020.

El Nacional. 28 de abril de 1981.


        Indudablemente, la ocupación y consolidación de actividades en la zona es de vieja data, pero Venezuela en todo momento se opuso y protestó a tiempo y de forma contundente todo tipo de proyecto que involucrara a terceros actores y cualquier mecanismo de financiamiento internacional. La situación se complicó luego de las declaraciones en Georgetown del entonces presidente venezolano a inicios del año 2004, cuando manifestó:

El Gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del área. Me refiero a proyectos como acceso al agua potable, construcción de carreteras, programas energéticos y de agricultura…El asunto del Esequibo será eliminado del marco de las relaciones sociales, políticas y económicas de los dos países” (negrita propia).

Esta declaración sin duda asestó un duro golpe de timón a la posición venezolana sostenida hasta entonces, robusteció las acciones emprendidas por Guyana para aumentar y promover la entrega de licitaciones de exploración y explotación minera, maderera y petrolera, no solo en el espacio continental del Esequibo, bajo su administración desde 1966 producto de la herencia británica con el Laudo Arbitral de 1899, sino también en su proyección marítima, espacio geográfico pendiente por delimitar y donde nuestros derechos soberanos se ven peligrosamente amenazados, frente a tantos intereses en juego.

29/03/2021

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